Descripción de los Términos:
FOLKLORISTAS:
El
que se dedica a la ciencia o sistematización de conocimientos que versan sobre
la materia folklórica, es un científico del folklore. Por mucho tiempo se le dio a estas personas
el calificativo de “folkloristas”,
por lo que en cierto modo era impropio.
La palabra “folklorista” debe aplicarse al partidario o admirador del hecho folklórico. La tendencia se encamina a usar el término con corrección y a usarlo como debe ser, para el amigo de la manifestación folklórica; y a tener el término “folklorólogo” para el investigador científico.
La palabra “folklorista” debe aplicarse al partidario o admirador del hecho folklórico. La tendencia se encamina a usar el término con corrección y a usarlo como debe ser, para el amigo de la manifestación folklórica; y a tener el término “folklorólogo” para el investigador científico.
Un folklorista puede ser un simple
coleccionador de objetos folklóricos, igual que aquel que colecciona cuadros de
grandes pintores, discos, monedas o sellos. Puede ser una persona que le guste
presenciar actos en los que se expongan manifestaciones folklóricas, gozar
también tratando de ejecutarlas sin ninguna otra intención que satisfacer una
afición, como puede serlo también, porque trabaja científicamente en el
campo del folklore, ya haciendo investigaciones
serias, ya colectando material folklórico para el quehacer científico.
Dentro del panorama del folklorista entran el admirador o aficionado, el que se dedica a colectar objetos o a informar hechos, el músico que usa frases melódicas del folk para componer sus piezas musicales que no van a ser usadas en la comunidad folk sino entre los eruditos de las urbes, el autor teatral que recoge elementos folklóricos, el comerciante, el director de conjuntos de bailes típicos. Cada uno de ellos tiene su sitio en este engranaje de nuestra cultura.
Dentro del panorama del folklorista entran el admirador o aficionado, el que se dedica a colectar objetos o a informar hechos, el músico que usa frases melódicas del folk para componer sus piezas musicales que no van a ser usadas en la comunidad folk sino entre los eruditos de las urbes, el autor teatral que recoge elementos folklóricos, el comerciante, el director de conjuntos de bailes típicos. Cada uno de ellos tiene su sitio en este engranaje de nuestra cultura.
FOLKLORÓLOGOS:
El folklorólogo, es aquel que estudia las
manifestaciones de ese sector que podría clasificarse como grupo intermedio entre lo erudito y lo
primitivo, en forma científica siguiendo las disciplinas que las ciencias
exigen para ello a fin de lograr con su estudio conclusiones de carácter antropológico que sirvan, a los
estudiosos de las ciencias del hombre, a
los estadistas, a los educadores, como guía para obtener una verdad aproximada
sobre el carácter, psicología, reacciones del grupo que se estudia y llegar a
soluciones atinadas.
Los folklorólogos son muy pocos; los folkloristas son muchos. El folklorólogo no necesita saber bailar, por ejemplo, ni vestir trajes típicos, ni ser artista. El sólo es científico. Su obra lleva otras direcciones, otros horizontes.
Los folklorólogos son muy pocos; los folkloristas son muchos. El folklorólogo no necesita saber bailar, por ejemplo, ni vestir trajes típicos, ni ser artista. El sólo es científico. Su obra lleva otras direcciones, otros horizontes.
Desde el punto de vista de la educación, el folklorólogo tiene papel importante.
Para encauzar un movimiento, promover una actividad de conservación y estímulo
de las manifestaciones de mérito y desechar las que no lo tienen no basta ser
folklorista, es necesario ser folklorólogo.
ENTES O
SUJETOS FOLKS:
El
ente folklórico aprende por
imitación inconsciente en su medio ambiente, poniendo en su práctica su propia
personalidad, su individualidad; nunca repara en cuándo comenzó a practicarlo
ni en qué momento preciso aprendió a hacerlo.
Tratándose de las manifestaciones rítmicas, por ejemplo, que son las más difundidas, podrá observarse que cuando lo hace es para gozar él, no para divertir a los demás; es inconsciente de la admiración o de la desaprobación de los espectadores.
Contrariamente al sector erudito que hace notoria su falta de espontaneidad sobre todo cuando ejecuta los bailes típicos, y su deseo de ser admirado y aplaudido.
Tratándose de las manifestaciones rítmicas, por ejemplo, que son las más difundidas, podrá observarse que cuando lo hace es para gozar él, no para divertir a los demás; es inconsciente de la admiración o de la desaprobación de los espectadores.
Contrariamente al sector erudito que hace notoria su falta de espontaneidad sobre todo cuando ejecuta los bailes típicos, y su deseo de ser admirado y aplaudido.
Demos, pues a las cosas su
nombre. Dejemos el calificativo de folklórico a la producción del ente
folklórico y de proyección folklórica a lo que tiene visos de imitar el hecho
creado por el “folk”.
Tomado de la guía d estudio: INTRODUCCIÓN A LA CIENCIA DEL FOLKLORE
Instituto Nacional de Cultura, Escuela Nacional de Folklore, Dora P. de Zárate.
Es de presentar la aclaración de estos términos, ya que como estudiosos de la materia debemos, ser responsables con la opiniones que emitimos a fin de no crear confusiones y mala utilización de los términos.
"Esto aclara de la misma forma, que no existen "pollerologos"... la pollerología, de donde podría derivar la palabra, no es una ciencia, no hay un diploma que certifique los estudios científicos de alguien experto en polleras.... además, polleras de donde? de Los Santos de Panamá, de Darién, de Colombia, de España? La Pollera no existe solo en una región determinada de nuestro país."
Todas las palabra terminadas en "LOGO" implican el estado científico del estudio: Antropólogo, Etnólogo, Sicólogo, Sociólogo...etc.
En este caso, el termino correcto seria:
"Que la persona es experta o estudiosa de la Indumentaria Folklórica Femenina, de Los Santos, Panamá", por dar un ejemplo.
Esto se desenvuelve de la misma forma que no hay Conjuntos Folklóricos, si no Grupos de Proyección folklórica, una vez que el hecho folklórico es sacado de su entorno, donde se desarrolla de una forma espontánea, se convierte en proyección del folklore.